Es la verdad metafísica la que realmente determina la serenidad contemplativa de las cosas en la fe, o en la idea de la fe. Sea como sea, el respeto que debemos tener ante todas las personas, nos hará comprender que en cada sociedad han existido grupos de pensadores que inconscientemente o razonadamente han entendido la existencia de Dios como el poder supremo que ha movido al hombre en su particular evolución hacia lo que podemos llamar progreso de la humanidad, con ese pensamiento o sin él, el hombre ha tenido que desarrollar ciertas aptitudes que lo anclen al mundo, de manera que en sus momentos de contemplación encontrara a Dios en cada acto de su vida. Con esto, regresamos a Dios en cada momento de nuestra vida que contiene AMOR, un amor incondicional que es importante que reconozcamos, y que contiene el potencial más inmenso que existe en el Universo, ¡si supiéramos la cantidad de amor que existe dentro de nosotros y que está deseando ser útil, no nos perderíamos en la búsqueda de él!
Dios es el “SER”, y nuestra actividad perdida en nuestros sentidos carece de importancia para Él, el hombre que vive del pasado o del futuro se mueve en consonancia con los vaivenes de sus sentidos físicos emocionales, no centrándose en el punto que se expande desde el pensamiento Divino o sophia.
El amor es el único elemento que nos une a Dios, el amor desposeído de su aspecto emotivo y sensible, es el motor de los actos expansivos y evolutivos Universales. El amor es una necesidad ordenada de Dios, por lo tanto de los hombres.
“El espíritu viviendo una experienca humana”(contraportada)
Identificar el Dios que hay en ti y el Dios que hay en tu hermano, es saber más de lo que crees que sabes, pues has encontrado verdaderamente la esencia.
Extracto del libro de Luhema .© “EL ESPÍRITU VIVIENDO UNA EXPERIENCIA HUMANA
fuente:/luhema.wordpress.com
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