Tengamos el valor, también, de ser testigo del humano sagrado. Este siente alegría cuando el mundo está de acuerdo con sus expectaciones, y es el que se siente lastimado no sólo físicamente, sino emocionalmente, el que siente culpabilidad y remordimiento, el que llora y expresa tristeza. En general, el humano sagrado no hiere consciente y maliciosamente a otra gente; desea paz, pero no sabe cómo lograrla. Los consejeros profesionales han visto el humano sagrado, y han llegado a amarlo. Alguna gente entierra este preciado aspecto de ella con la intención de ocultarlo de otros y de sí misma. Ella cree que al esconder el mal o daño dentro de sí, éste no afectará sus vidas, y no sentirá dolor. Sin embargo, no es así. Algunas veces el cuerpo se enferma y refleja lo que se halla en él. Otras veces, la depresión viene y roba la paz y el gozo de una persona.
Ahora es el momento de aceptar, honrar y amar el humano sagrado. Solamente al aceptar esta parte de tu ser humano encontrarás y expresarás tu ser espiritual. Escribe una palabra que describe tu humano sagrado.
No debes estar avergonzado de esta parte de tu ser. Por medio del poder de la elección, puedes aceptar, honrar y amar el humano sagrado en ti y otros. Escribe en los comentarios una declaración breve que expresa tu decisión de enfrentar y aceptar tu humano sagrado:
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