El término que dio origen a la palabra ángel significa “mensajero”. Y es que los ángeles también sirven a Dios portando mensajes divinos para los hombres. Por ejemplo, “el ángel Gabriel fue enviado de parte de Dios a una ciudad de Galilea cuyo nombre era Nazaret”. ¿Para qué? Para informar a una joven llamada María de que aunque era virgen, quedaría embarazada y daría a luz un hijo al que pondría por nombre Jesús (Lucas 1:26-31). Asimismo, un ángel fue enviado a los pastores que estaban en el campo para anunciarles que “Cristo el Señor” había nacido (Lucas 2:8-11). Igualmente, ángeles llevaron mensajes divinos a Abrahán, Moisés, Jesús y otras personas de tiempos bíblicos (Génesis 18:1-5, 10; Éxodo 3:1, 2; Lucas 22:39-43).
¿Cómo sirven los ángeles de mensajeros hoy día? Pensemos en la obra que Jesús predijo que realizarían sus seguidores antes del fin de este sistema de cosas. “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”, dijo (Mateo 24:3, 14). Los testigos de Jehová dedican más de mil millones de horas al año a predicar las buenas nuevas del Reino de Dios. Pero ¿sabía usted que los ángeles también participan en esta obra? El apóstol Juan relató lo siguiente sobre una visión que tuvo: “Vi a otro ángel que [...] tenía buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas a los que moran en la tierra, y a toda nación y tribu y lengua y pueblo” (Revelación 14:6, 7). Estos versículos destacan la labor principal que efectúan los ángeles hoy a favor de la humanidad.
Los ángeles ejecutan los juicios de Dios
Aunque no están autorizados para juzgar a los seres humanos, los ángeles no son simples observadores (Juan 5:22; Hebreos 12:22, 23). En el pasado, llevaron a cabo los juicios de Dios en calidad de ejecutores. Por ejemplo, Dios utilizó ángeles para guerrear contra los antiguos egipcios, que esclavizaban a los israelitas (Salmo 78:49). Y en una sola noche, “el ángel de Jehová” ajustició a 185.000 soldados en el campamento de una nación enemiga del pueblo de Dios (2 Reyes 19:35).
Los ángeles ejecutan los juicios de Dios
En el futuro, los ángeles también se encargarán de ejecutar los juicios adversos de Dios. Jesús vendrá “con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas” (2 Tesalonicenses 1:7, 8). Pero hay que decir que esta destrucción les sobrevendrá solo a quienes no respondan favorablemente al mensaje que ahora se predica por todo el planeta con el apoyo angélico. Nadie que busque a Dios y se atenga a las enseñanzas bíblicas sufrirá daño alguno (Sofonías 2:3).
¡Qué agradecidos podemos estar a los ángeles fieles, que siempre cumplen las instrucciones de Dios! Jehová los emplea para ayudar y proteger a sus siervos leales en la Tierra, lo cual es particularmente animador, pues existen peligrosas criaturas espirituales llamadas demonios que intentan perjudicarnos.
¿Quiénes son los demonios?
Durante los primeros quince siglos después que Satanás engañó a Eva en el Edén, la familia celestial de Dios observó cómo el Diablo logró apartar de Dios a toda la humanidad con la excepción de unos cuantos seres humanos fieles, tales como Abel, Enoc y Noé (Génesis 3:1-7; Hebreos 11:4, 5, 7). Incluso hizo lo mismo con algunos ángeles, identificados en la Biblia como los espíritus que fueron desobedientes “en los días de Noé” (1 Pedro 3:19, 20). ¿En qué desobedecieron?
En tiempos de Noé, un número indeterminado de ángeles rebeldes abandonaron su posición en la familia celestial de Dios, bajaron a la Tierra y se materializaron. ¿Por qué? Habían abrigado el deseo de tener relaciones sexuales con las mujeres. Fruto de esas relaciones nacieron los nefilim, hombres violentos de gran talla. Además, “la maldad del hombre abundaba en la tierra, y [...] toda inclinación de los pensamientos del corazón de este era solamente mala todo el tiempo”. Ahora bien, Jehová Dios no permitió que esta corrupción siguiera, y trajo un diluvio universal que barrió de la faz de la Tierra a todos los malos, incluidos los nefilim. Los únicos seres humanos que sobrevivieron fueron los siervos fieles de Dios (Génesis 6:1-7, 17; 7:23).
Los ángeles rebeldes no perdieron la vida en el Diluvio, pues abandonaron su cuerpo físico y regresaron al mundo espiritual. Desde entonces se les conoce como demonios. Estos apoyan a Satanás, a quien se le llama “el gobernante de los demonios” (Mateo 12:24-27). Al igual que su dirigente, los demonios desean que los seres humanos les rindan culto.
Los demonios son peligrosos, pero no tenemos por qué temerles, ya que su poder es limitado. Cuando estos ángeles desobedientes volvieron al cielo, no se les permitió integrarse de nuevo en la familia de Dios compuesta de ángeles fieles. Se les negó cualquier tipo de iluminación espiritual de parte de Dios, dejándoles ante sí un nefasto futuro. En efecto, se les rebajó a una condición de oscuridad espiritual conocida como el Tártaro (2 Pedro 2:4). Jehová los ató con “cadenas sempiternas”, de modo que permanecen en oscuridad espiritual. Además, no pueden materializarse adoptando cuerpos humanos (Judas 6).
¿Qué debería hacer usted?
Influyen los demonios de alguna manera sobre la humanidad? Sí. Para ello recurren a “maquinaciones” o “artimañas” como las que utilizó su gobernante, Satanás (Efesios 6:11, 12, nota). Sin embargo, si aplicamos el consejo de la Palabra de Dios, podemos oponer resistencia a los demonios. Es más, quienes aman a Dios cuentan con la protección de ángeles poderosos.
Los ángeles ejecutan los juicios de Dios¿Cómo sirven los ángeles de mensajeros hoy día? Pensemos en la obra que Jesús predijo que realizarían sus seguidores antes del fin de este sistema de cosas. “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”, dijo (Mateo 24:3, 14). Los testigos de Jehová dedican más de mil millones de horas al año a predicar las buenas nuevas del Reino de Dios. Pero ¿sabía usted que los ángeles también participan en esta obra? El apóstol Juan relató lo siguiente sobre una visión que tuvo: “Vi a otro ángel que [...] tenía buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas a los que moran en la tierra, y a toda nación y tribu y lengua y pueblo” (Revelación 14:6, 7). Estos versículos destacan la labor principal que efectúan los ángeles hoy a favor de la humanidad.
Los ángeles ejecutan los juicios de Dios
Aunque no están autorizados para juzgar a los seres humanos, los ángeles no son simples observadores (Juan 5:22; Hebreos 12:22, 23). En el pasado, llevaron a cabo los juicios de Dios en calidad de ejecutores. Por ejemplo, Dios utilizó ángeles para guerrear contra los antiguos egipcios, que esclavizaban a los israelitas (Salmo 78:49). Y en una sola noche, “el ángel de Jehová” ajustició a 185.000 soldados en el campamento de una nación enemiga del pueblo de Dios (2 Reyes 19:35).
Los ángeles ejecutan los juicios de Dios
En el futuro, los ángeles también se encargarán de ejecutar los juicios adversos de Dios. Jesús vendrá “con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas” (2 Tesalonicenses 1:7, 8). Pero hay que decir que esta destrucción les sobrevendrá solo a quienes no respondan favorablemente al mensaje que ahora se predica por todo el planeta con el apoyo angélico. Nadie que busque a Dios y se atenga a las enseñanzas bíblicas sufrirá daño alguno (Sofonías 2:3).
¡Qué agradecidos podemos estar a los ángeles fieles, que siempre cumplen las instrucciones de Dios! Jehová los emplea para ayudar y proteger a sus siervos leales en la Tierra, lo cual es particularmente animador, pues existen peligrosas criaturas espirituales llamadas demonios que intentan perjudicarnos.
¿Quiénes son los demonios?
Durante los primeros quince siglos después que Satanás engañó a Eva en el Edén, la familia celestial de Dios observó cómo el Diablo logró apartar de Dios a toda la humanidad con la excepción de unos cuantos seres humanos fieles, tales como Abel, Enoc y Noé (Génesis 3:1-7; Hebreos 11:4, 5, 7). Incluso hizo lo mismo con algunos ángeles, identificados en la Biblia como los espíritus que fueron desobedientes “en los días de Noé” (1 Pedro 3:19, 20). ¿En qué desobedecieron?
En tiempos de Noé, un número indeterminado de ángeles rebeldes abandonaron su posición en la familia celestial de Dios, bajaron a la Tierra y se materializaron. ¿Por qué? Habían abrigado el deseo de tener relaciones sexuales con las mujeres. Fruto de esas relaciones nacieron los nefilim, hombres violentos de gran talla. Además, “la maldad del hombre abundaba en la tierra, y [...] toda inclinación de los pensamientos del corazón de este era solamente mala todo el tiempo”. Ahora bien, Jehová Dios no permitió que esta corrupción siguiera, y trajo un diluvio universal que barrió de la faz de la Tierra a todos los malos, incluidos los nefilim. Los únicos seres humanos que sobrevivieron fueron los siervos fieles de Dios (Génesis 6:1-7, 17; 7:23).
Los ángeles rebeldes no perdieron la vida en el Diluvio, pues abandonaron su cuerpo físico y regresaron al mundo espiritual. Desde entonces se les conoce como demonios. Estos apoyan a Satanás, a quien se le llama “el gobernante de los demonios” (Mateo 12:24-27). Al igual que su dirigente, los demonios desean que los seres humanos les rindan culto.
Los demonios son peligrosos, pero no tenemos por qué temerles, ya que su poder es limitado. Cuando estos ángeles desobedientes volvieron al cielo, no se les permitió integrarse de nuevo en la familia de Dios compuesta de ángeles fieles. Se les negó cualquier tipo de iluminación espiritual de parte de Dios, dejándoles ante sí un nefasto futuro. En efecto, se les rebajó a una condición de oscuridad espiritual conocida como el Tártaro (2 Pedro 2:4). Jehová los ató con “cadenas sempiternas”, de modo que permanecen en oscuridad espiritual. Además, no pueden materializarse adoptando cuerpos humanos (Judas 6).
¿Qué debería hacer usted?
Influyen los demonios de alguna manera sobre la humanidad? Sí. Para ello recurren a “maquinaciones” o “artimañas” como las que utilizó su gobernante, Satanás (Efesios 6:11, 12, nota). Sin embargo, si aplicamos el consejo de la Palabra de Dios, podemos oponer resistencia a los demonios. Es más, quienes aman a Dios cuentan con la protección de ángeles poderosos.
Aunque no están autorizados para juzgar a los seres humanos, los ángeles no son simples observadores (Juan 5:22; Hebreos 12:22, 23). En el pasado, llevaron a cabo los juicios de Dios en calidad de ejecutores. Por ejemplo, Dios utilizó ángeles para guerrear contra los antiguos egipcios, que esclavizaban a los israelitas (Salmo 78:49). Y en una sola noche, “el ángel de Jehová” ajustició a 185.000 soldados en el campamento de una nación enemiga del pueblo de Dios (2 Reyes 19:35).
Los ángeles ejecutan los juicios de Dios
En el futuro, los ángeles también se encargarán de ejecutar los juicios adversos de Dios. Jesús vendrá “con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas” (2 Tesalonicenses 1:7, 8). Pero hay que decir que esta destrucción les sobrevendrá solo a quienes no respondan favorablemente al mensaje que ahora se predica por todo el planeta con el apoyo angélico. Nadie que busque a Dios y se atenga a las enseñanzas bíblicas sufrirá daño alguno (Sofonías 2:3).
¡Qué agradecidos podemos estar a los ángeles fieles, que siempre cumplen las instrucciones de Dios! Jehová los emplea para ayudar y proteger a sus siervos leales en la Tierra, lo cual es particularmente animador, pues existen peligrosas criaturas espirituales llamadas demonios que intentan perjudicarnos.
¿Quiénes son los demonios?
Durante los primeros quince siglos después que Satanás engañó a Eva en el Edén, la familia celestial de Dios observó cómo el Diablo logró apartar de Dios a toda la humanidad con la excepción de unos cuantos seres humanos fieles, tales como Abel, Enoc y Noé (Génesis 3:1-7; Hebreos 11:4, 5, 7). Incluso hizo lo mismo con algunos ángeles, identificados en la Biblia como los espíritus que fueron desobedientes “en los días de Noé” (1 Pedro 3:19, 20). ¿En qué desobedecieron?
En tiempos de Noé, un número indeterminado de ángeles rebeldes abandonaron su posición en la familia celestial de Dios, bajaron a la Tierra y se materializaron. ¿Por qué? Habían abrigado el deseo de tener relaciones sexuales con las mujeres. Fruto de esas relaciones nacieron los nefilim, hombres violentos de gran talla. Además, “la maldad del hombre abundaba en la tierra, y [...] toda inclinación de los pensamientos del corazón de este era solamente mala todo el tiempo”. Ahora bien, Jehová Dios no permitió que esta corrupción siguiera, y trajo un diluvio universal que barrió de la faz de la Tierra a todos los malos, incluidos los nefilim. Los únicos seres humanos que sobrevivieron fueron los siervos fieles de Dios (Génesis 6:1-7, 17; 7:23).
Los ángeles rebeldes no perdieron la vida en el Diluvio, pues abandonaron su cuerpo físico y regresaron al mundo espiritual. Desde entonces se les conoce como demonios. Estos apoyan a Satanás, a quien se le llama “el gobernante de los demonios” (Mateo 12:24-27). Al igual que su dirigente, los demonios desean que los seres humanos les rindan culto.
Los demonios son peligrosos, pero no tenemos por qué temerles, ya que su poder es limitado. Cuando estos ángeles desobedientes volvieron al cielo, no se les permitió integrarse de nuevo en la familia de Dios compuesta de ángeles fieles. Se les negó cualquier tipo de iluminación espiritual de parte de Dios, dejándoles ante sí un nefasto futuro. En efecto, se les rebajó a una condición de oscuridad espiritual conocida como el Tártaro (2 Pedro 2:4). Jehová los ató con “cadenas sempiternas”, de modo que permanecen en oscuridad espiritual. Además, no pueden materializarse adoptando cuerpos humanos (Judas 6).
¿Qué debería hacer usted?
Influyen los demonios de alguna manera sobre la humanidad? Sí. Para ello recurren a “maquinaciones” o “artimañas” como las que utilizó su gobernante, Satanás (Efesios 6:11, 12, nota). Sin embargo, si aplicamos el consejo de la Palabra de Dios, podemos oponer resistencia a los demonios. Es más, quienes aman a Dios cuentan con la protección de ángeles poderosos.
Los ángeles ejecutan los juicios de Dios
Aunque no están autorizados para juzgar a los seres humanos, los ángeles no son simples observadores (Juan 5:22; Hebreos 12:22, 23). En el pasado, llevaron a cabo los juicios de Dios en calidad de ejecutores. Por ejemplo, Dios utilizó ángeles para guerrear contra los antiguos egipcios, que esclavizaban a los israelitas (Salmo 78:49). Y en una sola noche, “el ángel de Jehová” ajustició a 185.000 soldados en el campamento de una nación enemiga del pueblo de Dios (2 Reyes 19:35).
Los ángeles ejecutan los juicios de Dios
En el futuro, los ángeles también se encargarán de ejecutar los juicios adversos de Dios. Jesús vendrá “con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas” (2 Tesalonicenses 1:7, 8). Pero hay que decir que esta destrucción les sobrevendrá solo a quienes no respondan favorablemente al mensaje que ahora se predica por todo el planeta con el apoyo angélico. Nadie que busque a Dios y se atenga a las enseñanzas bíblicas sufrirá daño alguno (Sofonías 2:3).
¡Qué agradecidos podemos estar a los ángeles fieles, que siempre cumplen las instrucciones de Dios! Jehová los emplea para ayudar y proteger a sus siervos leales en la Tierra, lo cual es particularmente animador, pues existen peligrosas criaturas espirituales llamadas demonios que intentan perjudicarnos.
¿Quiénes son los demonios?
Durante los primeros quince siglos después que Satanás engañó a Eva en el Edén, la familia celestial de Dios observó cómo el Diablo logró apartar de Dios a toda la humanidad con la excepción de unos cuantos seres humanos fieles, tales como Abel, Enoc y Noé (Génesis 3:1-7; Hebreos 11:4, 5, 7). Incluso hizo lo mismo con algunos ángeles, identificados en la Biblia como los espíritus que fueron desobedientes “en los días de Noé” (1 Pedro 3:19, 20). ¿En qué desobedecieron?
En tiempos de Noé, un número indeterminado de ángeles rebeldes abandonaron su posición en la familia celestial de Dios, bajaron a la Tierra y se materializaron. ¿Por qué? Habían abrigado el deseo de tener relaciones sexuales con las mujeres. Fruto de esas relaciones nacieron los nefilim, hombres violentos de gran talla. Además, “la maldad del hombre abundaba en la tierra, y [...] toda inclinación de los pensamientos del corazón de este era solamente mala todo el tiempo”. Ahora bien, Jehová Dios no permitió que esta corrupción siguiera, y trajo un diluvio universal que barrió de la faz de la Tierra a todos los malos, incluidos los nefilim. Los únicos seres humanos que sobrevivieron fueron los siervos fieles de Dios (Génesis 6:1-7, 17; 7:23).
Los ángeles rebeldes no perdieron la vida en el Diluvio, pues abandonaron su cuerpo físico y regresaron al mundo espiritual. Desde entonces se les conoce como demonios. Estos apoyan a Satanás, a quien se le llama “el gobernante de los demonios” (Mateo 12:24-27). Al igual que su dirigente, los demonios desean que los seres humanos les rindan culto.
Los demonios son peligrosos, pero no tenemos por qué temerles, ya que su poder es limitado. Cuando estos ángeles desobedientes volvieron al cielo, no se les permitió integrarse de nuevo en la familia de Dios compuesta de ángeles fieles. Se les negó cualquier tipo de iluminación espiritual de parte de Dios, dejándoles ante sí un nefasto futuro. En efecto, se les rebajó a una condición de oscuridad espiritual conocida como el Tártaro (2 Pedro 2:4). Jehová los ató con “cadenas sempiternas”, de modo que permanecen en oscuridad espiritual. Además, no pueden materializarse adoptando cuerpos humanos (Judas 6).
¿Qué debería hacer usted?
Influyen los demonios de alguna manera sobre la humanidad? Sí. Para ello recurren a “maquinaciones” o “artimañas” como las que utilizó su gobernante, Satanás (Efesios 6:11, 12, nota). Sin embargo, si aplicamos el consejo de la Palabra de Dios, podemos oponer resistencia a los demonios. Es más, quienes aman a Dios cuentan con la protección de ángeles poderosos.
En la Biblia, los ángeles reciben nombres masculinos, y siempre se les representa como hombres
fuente:http://www.watchtower.org/s
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