Paseaba por el campo y quedé maravillado de la generosidad de la Tierra, hace pocos días parecía todo un erial y ahora la exuberancia es admirable, plantas de toda clase florecen por doquier, las semillas no se sabe de donde vinieron pues fueran traídas por el viento y fueron a caer en terreno fértil. Esto me llevó a recordar al Maestro Jesús en sus enseñanzas respecto al sembrador: "Unas semillas cayeron junto al camino y las aves se las comieron. Otras, cayeron en un pedregal donde había poca tierra, por lo que brotó enseguida ya que la tierra era poco profunda, pero al salir el sol de agostó se secó por no tener raíz. Otra parte cayó entre abrojos, crecieron estos y la ahogaron. Otra, semilla en cambio, cayó en tierra buena y dio fruto el ciento por uno", y dice El "Quien tenga oídos que oiga".
Esto me llevó a reflexionar sobre el tipo de tierra que era y cómo eran acogidas las enseñanzas recibidas y cuál el fruto que ofrecía. Uno de los frutos, el más importante, el Amor, que siendo la viva expresión de Dios en cada uno Es y Está. está más o menos velado por el ego, así desde el ego-ismo hasta la pureza suprema de la Esencia Divina. Por tanto cuando hablamos del amor ha de considerarse este en un grado de pureza, pues de otra forma ocurrirá como decía un Ser de Gran Luz: "El hombre que no sabe lo que es el amor dice, que va a hacer el amor"pura ironía, puro sarcasmo.
¿Cuantas enseñanzas, lecturas, meditaciones, cuanto silencio mental buscado, cuantos deseos de saber, todo eso.. para qué?, si todo ello no se ha traducido en Ser, si no se ha traducido en amor llevado a la sinceridad, a la honestidad, a la comprensión y tolerancia a un estado de paz de uno mismo para con uno mismo y para con los demás.. ¿acaso es uno terreno pedregoso donde por falta de raíces el fruto no se da?...........
Recuerdo cuantas veces oí hablar de los pensamientos, una energía que de acuerdo con las Leyes Universales, se une a las afines, es decir pensamientos que de igual frecuencia se unen dando lugar a un potencial muy superior que o bien nos subliman o bien nos destruyen y ver cuales son estos pensamientos en mi y hacia los demás, ver donde me clasifico yo mismo y por tanto cual es mi estado emocional, mental y físico, pues sabida es la interrelación que ejercen en todos los cuerpos.
Vivimos momentos de transición, es decir momentos en los que hemos de anular todo pensamiento que no sea de alta vibración pues sólo este permitirá una masa crítica que regenere nuestra persona, nuestro hogar, nuestro centro de trabajo, nuestro pueblo o ciudad, nuestro mundo. Los pensamientos de baja vibración dan lugar a las situaciones que el mundo vive en el individuo y en la humanidad toda. Hay demasiada violencia en todos los estamentos de la vida y sólo se puede anular con pensamientos de paz y de amor.
No es de extrañar que se busque a un dios a quien culpar de todo, es la expresión más clara de cobardía por parte del hombre, por no querer afrontar las propias responsabilidades, cuando ese dios es el Dios que mora en cada uno y que está por aflorar, es el Dios del Yo Superior que cada hombre Es, a quien se le niega el paso por medio de la acción de un ego desmedido
Vivir la mansedumbre, la humildad, la sencillez, la simplicidad, que son las verdades del espíritu, es ser camino, verdad y vida, es seguir alguna de las enseñanzas que recibimos ya hace dos mil años y que son las que hoy mi amada Tierra me hacen reflexionar.
Tierra amada cuanta generosidad, cuando amor incondicional brota de tus entrañas, toda la vida material procede de ti y que poco reconocida y agradecida eres. Se nos enseñó que todo lo recibido es para darlo y esto.......también me hace reflexionar.
Paz y Bien.
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