Salvo excepciones, la cabeza crece hacia los 10 años de edad, momento en el que una gorra nos servirá para siempre. Ahora bien, hay que distinguir entre la región del cráneo que aloja el cerebro y la que se corresponde con el rostro, ya que crecen a ritmos distintos.
En el recién nacido, el tamaño de la caja craneal no supera el 25% del que tendrá en edad adulta. A la edad de 7 u 8 años, habrá crecido hasta alcanzar el 95% de su dimensión final y el crecimiento cesa en la mayor parte de los niños antes de alcanzar la pubertad.
La cara, sin embargo, crece más despacio, ya que completa su desarrollo en torno a la edad de 20 años, coincidiendo con el afloramiento de la muela del juicio. Éste es un dato que es de gran ayuda para los antropólogos cuando examinan una calavera.
Gracias a los datos que nos ofrece el cráneo de Tutankamón, sabemos que murió a la edad de 18 años aprox.
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