Dame un punto de apoyo y moveré la tierra.

Dame un punto de apoyo y moveré la tierra.

somos agua pero todavía morimos de sed, aire pero aún no sabemos cómo elevarnos, fuego pero incapaces de dar calor, tierra pero nos asusta volver a ella, somos dioses con complejo de hombre, capases de crear un universo unicamente nuestro,pero nos falta amor, y fe.

La importancia de ser/estar consciente



Meses atrás –en diciembre pasado concretamente-, escuchaba una entrevista radiofónica muy profunda, realizada a una persona conocedora de estar viviendo sus últimas navidades; la protagonizaba una persona de mediana edad, con su pareja e hijos. Sus palabras emanaban una inmensa serenidad, a pesar de reconocía que era un fastidio encontrarse en esas circunstancias, especialmente por lo que se perdía –ver crecer a sus hijos, acompañar a su pareja en ese proceso …-. Mientras escuchaba, una vez sobrepasada la conmovedora sensación inicial, pude fácilmente lograr trascender al contenido profundo del mensaje.


En un momento de la entrevista, se le pregunta “qué puede hacer hoy por hoy para vivir lo mejor posible el tiempo que va a vivir”; una pregunta interesante y a la vez, un tanto punzante a mi modo de sentir. La respuesta que podría, decirse tenía que ser trascendental, de esas que se escriben con letras de oro, no fue otra que “ser conscientes de lo que hacemos, y tener la seguridad de que estamos donde queremos estar, haciendo lo que queremos hacer”.

A primera vista podría decirse que no dice nada nuevo; todo el mundo sabe que es fundamental ser consciente de lo que nos rodea, lo que nos pasa, lo que sentimos, de cómo actuamos, de qué nos lleva a donde estamos … sí, eso ya lo sabemos. Pero, ¿realmente, lo ponemos en práctica?

Rectificando las palabras anteriores, creo que la respuesta que daba sí es de esas que merecen la inscripción dorada. Creemos que somos conscientes, que nos conocemos, pero a su vez nos encontramos en cantidad de ocasiones en las que estamos actuando según nuestros automatismos. Cuántas veces nuestra cabeza y pensamientos avanzan a una velocidad que no nos permite parar, y seguimos esa inercia. Es que, ¡hay tantas cosas por hacer!. Un claro ejemplo que acostumbro utilizar en los cursos es el imaginarse varias ventanas del Windows abiertas, no minimizadas; “es imposible” me dicen, “¿cómo hacemos para atenderlas todas a la vez?”. Primero habremos de ocuparnos de trabajar una para luego pasar a la otra. Lo paradójico es que pretendemos que nuestra cabeza que funciones con diferentes ventanas activadas. Esto, nos lleva inevitablemente a perder capacidad de conciencia: nuestra energía se ve obligada a dispersarse, y va saltando de una ventana a la otra sucesivamente.

Otra forma de no ser conscientes es vivir en el pasado o en el futuro; sí, eso también lo sabemos, apelando a aquello de “vivir aquí y ahora”. Y ¿cuántas veces nos sorprendemos aún así, añorando o protestando por lo que no fue, o atrapados en lo bonito que fue, o preocupándonos por lo que será… De esa manera es imposible que seamos capaces de escucharnos, de escuchar a nuestro cuerpo, sensaciones y emociones, de lo que nos orienta nuestra intuición … Si no sintonizamos con nuestro interior, seguimos viviendo de cara al exterior, a expensas de ello, y no seremos capaces de decidir en función de lo que nuestro interior necesita realmente.

Ciertamente, en ocasiones resulta tentador evadirnos de nuestra realidad interna, y menos mal que también tenemos recursos para ello; pero sin olvidar nuestra responsabilidad de qué hacemos con las necesidades que evitamos.

El ser conscientes, implica también percibir y atender a las personas que nos rodean, dado que en ocasiones puede suceder que la persona viva profundamente en su interior, concentrada en su autoconciencia, pero a la vez, ajena de la conciencia para con los demás.

¿En qué momentos percibís que deberíamos intensificar nuestro mecanismo de conciencia? ¿Qué estrategias cotidianas empleáis para aumentar el nivel de conciencia?

No hay comentarios: