La sabiduría de los monjes Shaolin desde hace 1500 años es maravillosa. De maestro a discípulo fue trasmitiéndose esta sabiduría milenaria hasta nuestros días. He aquí algunas de ellas.
Tu Qi (energía) es la fuente de la salud y de la fuerza. Solo el que sabe dominar su Qi alcanzará la maestría mayor. Nada te debe distraer: ningún pensamiento profano o placer. Puedes fortalecer tu Qi sacando la energía de la tierra, del cielo y del aire y sacar provecho de ella. Entonces serás capaz de juntarla en cualquier punto de tu cuerpo y fortalecer así la resistencia y no sentir dolor.
Busca tu armonía interior y trata de conservarla durante toda la vida. Solo el que guarde su equilibrio interior logrará su equilibrio hacia afuera. Toda la energía la sacas de la respiración correcta. Respirar significa vida. Puedes manejar el flujo de tu vida en tu cuerpo y proveer la energía a todos los músculos. El control de tu respiración es la condición para el control de tu cuerpo.
Cuídate del desprecio de tus enemigos: la arrogancia es el principio de la derrota. Tu humildad, tu gran estima por las capacidades de los demás, harán brillar aún más su victoria. Intégrate en la comunidad, deja fluir tu conciencia en la conciencia de los demás. Solo quien subordine sus intereses al colectivo, aprobará como individuo.
Evita la tentación de utilizar tu conocimiento para fines guerreros, la historia nos enseña que todos los intentos de utilizar kung fu para sacar provecho político o en algo ilegal terminan en derrota. Debes aplicar tu habilidad exclusivamente para la educación del cuerpo y el espíritu exclusivamente para la defensa. Solo en la búsqueda de la luz encontrarás la verdad y la realización.
Conocer a otros significa sabiduría. Conocerse a si mismo significa iluminación. Dominar a otros requiere fuerza, dominarse a sí mismo requiere vigor. El que sabe que posee suficiente es rico. La constancia es un signo de voluntad. Morir sin perecer es presencia eterna.
El que quiere conseguir la maestría máxima tiene que unir el cuerpo con el espíritu; tiene que lograr el equilibrio armónico entre el alma, el cuerpo y el espíritu. Esa armonía garantiza el bienestar y la salud hasta una edad avanzada y posibilita eficiencia máxima, e incluso insensibilidad frente al dolor a corto plazo, a través de la concentración del flujo de de la energía.
El hombre recién nacido es blando y débil. Cuando muere es duro y fuerte. Cuando el pasto y los árboles crecen son blandos y llenos de savia. Cuando mueren son áridos y secos. Lo duro y lo fuerte acompañan a la muerte, lo blando y lo débil acompañan a la vida. Cuando los árboles son fuertes, lo cortan, Lo fuerte y grande sucumbe. Lo blando y lo débil permanece.
El que no tenga un corazón sensible no es un ser humano. El que no siente vergüenza dentro de su corazón por lo malo no es un ser humano. El que no está dispuesto a ceder no es un ser humano. El que no distingue en su corazón entre el bien y el mal no es un ser humano.
Nunca tengas pensamientos falsos. Edúcate siempre en seguir el camino. Familiarízate con todas las técnicas y artes. No pierdas el tiempo en cosas innecesarias.
Un árbol grande nace de un brote minúsculo. Una torre de nueve pisos se levanta a partir de un montoncito de tierra. Un viaje de 1000 millas empieza con un primer paso. El que actúa fracasa; el que toma, pierde. Por eso el monje sagrado no hace nada, por eso no fracasa nunca. El no toma nada, por eso no pierde nada.
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