Dame un punto de apoyo y moveré la tierra.

Dame un punto de apoyo y moveré la tierra.

somos agua pero todavía morimos de sed, aire pero aún no sabemos cómo elevarnos, fuego pero incapaces de dar calor, tierra pero nos asusta volver a ella, somos dioses con complejo de hombre, capases de crear un universo unicamente nuestro,pero nos falta amor, y fe.

¿Quiénes Somos?

Algunos nos hemos preguntado algún día ¿por qué estamos aquí? ¿Quién soy yo? Cuando nuestra capacidad de análisis nos permite hacernos estas preguntas, buscar las respuestas y ante todo, realizar un trabajo a conciencia, entonces tenemos la oportunidad de crecer como personas espirituales que somos.


Estos interrogantes, cuando no somos viajeros ansiosos y vivimos únicamente con el pensamiento inmerso en el mundo material, quizá no lleguemos ni siquiera a planteárnoslos. Nacimos desnudos de sentimientos, de culpas, rencores, no nacemos con metas, somos un cuerpecito libre de toda clase de sentimientos. Al crecer, aprendemos a balbucear, a caminar y poco a poco, toda nuestra vida se convierte en experiencias nuevas, positivas o negativas, según nuestro patrón mental para el accionar.


Cuando avanzamos por la vida convertimos muchas experiencias en sucesos dolorosos que nos van marcando cada vez más y permitimos que todo nuestro ser se convierta en un ente lleno de amarguras, resentimientos y deseos de venganza, y acusando a los otros por lo que nosotros mismos hemos creado. Aquí, es cuando la violencia se vuelve el arma del ser humano. Y no hablo solamente de violencia física, aquí se involucra la violencia psicológica que es igual de grave. Todos estos pensamientos se convierten en un mar de resentimiento y nos hacen olvidar que todos los seres humanos contenemos una chispa divina, un alma, para otros un espíritu y perdemos la capacidad de entender que en esencia todos somos una unidad. Todos somos Uno.


Somos en esencia Uno con el Universo entero.


Unidad: Todos en nuestra apariencia física tenemos: cabeza, tronco y extremidades. En su interior órganos de los sentidos, sistema nervioso, sistema muscular y sistema óseo. Todos somos iguales, la única diferencia física es la raza en cuanto a color de ojos, de piel, cabellos rizados, boca pequeña, etc. Todos nos reproducimos de igual forma, solamente hay escalas culturales y sociales que marcan las diferencias y debido a ellas creemos que somos diferentes los unos de los otros.


¿Qué desea el hombre? ¿Qué deseamos todos? La felicidad que puede estar representada en bienes, salud, y amor. Sin embargo y orgullosos por considerarnos seres distintos los unos de los otros, nos atrevemos a juzgarnos señalando las diferencias: no podemos comprar lo que otros compran, sobre todo si consideramos que no pertenecen a nuestro núcleo social, "yo no me pongo lo que otros se ponen, soy distinto/a". Los paradigmas con que hemos formado nuestra personalidad están siempre ahí: "Así lo hago yo" "no cambio porque ese soy yo" "esa es mi personalidad" y vivimos como pavos reales, nuestro orgullo (creemos) es sano, es limpio y esto levanta nuestra autoestima, no podemos ser iguales.... ¡Qué tan lejos estamos de la realidad! ¡Y hasta nos atrevemos a despreciar a otros por un sinnúmero de pensamientos sin razón!.


Con estas órdenes solamente construimos muros y limitamos nuestra libertad para crecer. Nuestro ego, no nos permite entender que somos parte de este universo, que nos necesitamos porque somos la correspondencia de todos. Necesitamos la luz del día y la noche para dormir, necesitamos alimentos, el agua, la naturaleza, todo el orden del universo es perfecto, no se cae una hoja de un árbol hasta que no haya cumplido su ciclo, a nosotros también nos sucede igual. Estamos más dispuestos a obrar según las exigencias del ego, como es, dejarnos dominar por el egoísmo, la envidia, el odio generado por la competencias, las venganzas y todos aquellos sentimientos negativos, que no nos permiten avanzar como seres espirituales, no nos permiten conocernos a nosotros mismos, ni concentrarnos en el desarrollo de nuestra misión y aprendizaje.


Para avanzar es urgente cambiar nuestra actitud, nuestro crecimiento debe realizarse de adentro hacia fuera, pero ésto, sólo se logra con el conocimiento de sí mismos y para ello necesitamos tiempo y dedicación y sobre todo voluntad o apertura de conciencia.


La universalidad del amor: Todas las religiones o filosofías manejan el concepto del amor que es uno solo y del Plan Divino para cada uno de nosotros. La gran mayoría de las religiones inculcan el buscar a Dios fuera de nosotros y a manipular con el concepto del bien y del mal, fomentando y creando en la mayoría de los seres humanos el terrible miedo ocasionando mucho daño. Sin embargo, lo que menos tenemos en cuenta en nuestras vidas es, precisamente la claridad sobre cuál es nuestra misión y que obtenemos esta respuesta a partir del conocimiento de quien soy yo y qué es lo que hago aquí en este planeta llamado tierra; entonces nuestra misión es hacer precisamente lo que hacemos bien y con amor. Sin embargo, nos quejamos de lo que nos toca hacer: de nuestro trabajo, de nuestras relaciones con los demás. En la sencillez de la vida está el descubrimiento y el amor a ella. Es interesante empezar por descubrirla y por fluir con ella.


Iniciamos cada día siempre planificando y al finalizar a cuántos de nosotros al preguntarnos de forma minuciosa qué hicimos durante el día, optamos por recordar algunas veces con esfuerzo o simplemente contestamos "nada importante" o mostramos el cansancio porque hicimos mucho.


Creemos que debemos enfocarnos siempre en lo que hacemos porque ese debe ser el quehacer. Estamos perdiendo la oportunidad de apreciar la simplicidad y el aprecio por la vida. Nos cargamos de todo el stress posible porque es la única manera de saber que hicimos algo y con ello estamos enfermando nuestro cuerpo físico. ¿Disfrutamos la tibieza o el frío del agua en nuestro cuerpo al bañarnos?, ¿Nos detenemos algunos instantes a observar la naturaleza? ¿Cuántas veces disfrutamos del canto de un pájaro, si ni siquiera tenemos tiempo para escucharlo?, o ¿Miramos el amanecer o el atardecer, ¿Cuándo nos hemos detenido a observar la belleza de una rosa?, ¿Cuándo hemos abrazado a un ser querido y le hemos dicho cuánto lo queremos?, descubrimos este amor inmenso que le teníamos cuando aquella persona ya no está con nosotros, entonces sentimos que se apodera de nosotros el sentimiento de culpa haciéndonos sufrir.


Expresar nuestros sentimientos no nos quita el valor de ser un ser humano. Cuánto valor tiene un abrazo cuando lo necesitamos y cuántas veces lo necesitamos y no lo recibimos. Algunos dirán que es cursilería y que no hay tiempo para eso porque estamos ocupados en trabajos más urgentes e importantes…El trabajo para el hombre es dignificador, pero nos entregamos totalmente a él y nos olvidamos de nosotros mismos ¿Y qué decir cuando en nuestra vida gira en torno a algún vicio? ¿o cuando un "hobbie" nos roba la mayor parte de nuestro tiempo y perdemos el afecto de nuestros seres queridos? Algunas cosas de lo anterior, hacen parte de nuestras vidas, es cierto, pero debemos equilibrarnos y hacer un alto para buscar la respuesta a nuestras preguntas; tenemos que encontrarnos más con nosotros mismos, dejar el miedo a ello, el miedo al silencio y a la soledad para hablar con nosotros o para meditar, es necesario el reencuentro consigo mismo de vez en cuando, es la única forma que tenemos para evaluarnos y cambiar de actitud, para formarnos metas a determinado tiempo, así de esta forma le damos más sentido a nuestra vida. Podemos limpiarnos de posturas negativas, de viejos paradigmas que ya no nos sirven, podemos dejar los apegos materiales y racionalizar los apegos afectivos.


¿Alguna vez han observado la vida de la araña?: La araña teje una red de seda, compleja, delicada, bella y resistente a los rayos solares y a las gotas de agua, permanece en ella en espera de comida, sin embargo, cuando ya su meta ha finalizado, deja su hermosa red y construye otra, hasta que su ciclo finaliza y en muchas ocasiones las telas de araña perduran en el abandono. La araña no se lleva su red, ni la destruye, vivió de ella y en ella, pero no se dejó enmarañar, ni se apegó a ella. Al igual que la araña, los seres humanos creamos redes complejas, a través de éstas vivimos experiencias y el éxito final debe ser la elevación humana. Si aprendemos a despegarnos de nuestra red, llegaríamos a la hora de nuestra partida, libres de sentimientos mezquinos, desnudos nuevamente tal como nacimos, despegándonos de nuestra tela de araña, permitiendo que volvamos a la luz evolucionados.



Anónimo

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