La palabra misma parece tan vaga y misteriosa que crea la impresión en la mente del lector eventual de que el Karma es algo indefinido, causante de todos nuestros sufrimientos,
enfermedades, infelicidad, contratiempos y abatimiento…
La manera voluble en que miles de estudiantes y lectores mal informados la usan para explicar todos los sucesos personales de la vida, ha dado lugar a una mayor incomprensión de los verdaderos principios representados en dicha palabra, más que a ningún otro principio asociado al muy vasto campo de la filosofía mística y oculta.
Dicho brevemente, Karma es una palabra oriental, elegida con poca fortuna y popularmente adoptada para representar la conocida "Ley de Compensación". Esta ley establece balance tanto en lo espiritual como en lo mundano respecto a los pensamientos y acciones de los seres humanos. Su proceso es comparable al de la naturaleza, la cual nos remunera al cosechar lo que sembramos…
En el mundo social y en el mundo espiritual se ha comprobado que no podemos hacer algo bondadoso o injuriar a alguien, ya sea un animal, sin que algún día, en alguna forma, nos llegue la justa y adecuada compensación por nuestros hechos o recibamos la justa y adecuada recompensa. Al observar, estudiar y analizar cuidadosamente los acontecimientos en el curso de nuestra vida, muchísimos de nosotros hemos aprendido, sin lugar a duda, que podemos crear y a diario creamos acontecimientos y condiciones en el futuro cercano o distante, por los pensamientos que albergamos o que expresamos, por los motivos que impulsan nuestros actos y por nuestros actos mismos…
Hemos dicho que la citada ley es inmutable, y con ello queremos decir que es un principio o ley divina, creada por Dios y de ningún modo contraria a Sus principios divinos de misericordia, justicia, perdón y amor…
La Ley de Compensación o de Karma no es algo a ciegas, frío y mecánico, que exige ojo por ojo y diente por diente, según las leyes más o menos arbitrarias del hombre, las cuales no son del todo justas ni misericordiosas y sobre todo, no son constructivas o beneficiosas al individuo ni a la sociedad, mientras que la Ley del Karma es natural y perenne en su proceso y constructiva y benéfica a todos por igual.
Si la Ley de Compensación es justa, misericordiosa y constructiva -como sabemos- ya que es universalmente activa y por tanto, de origen divino, debe hacer retribución por los actos buenos y asimismo exigir ajuste por los actos malos…
He dicho que la palabra Karma ha sido escogida con poco acierto. Para muchos estudiantes de filosofía oriental la palabra Karma sólo significa sufrimiento o tribulaciones de la vida. Por consiguiente, no es un buen término para describir la Ley de Compensación.
La idea, no obstante, de que todo sufrimiento, enfermedad, dolor, pena y desengaño, y aun la llamada mala suerte, es resultado Kármico por algún acto injusto o malo de nuestra parte, es absurda. De igual manera, no todos los bienes recibidos del Cósmico o de la sociedad humana, o sea de Dios y de los hombres, ni todos los goces, felicidad o buena fortuna de que podamos disfrutar son resultados Kármicos por buenas acciones y pensamientos constructivos.
Hay muchas causas por las cuales padecemos enfermedades y sufrimos tribulaciones que no tienen ninguna relación con algo malo, con acto o pensamiento erróneo que consciente o inconscientemente hayamos expresado en ésta o en alguna pasada existencia. Aunque es indudable que nuestra suerte actual es en gran parte resultado de lo que hemos hecho o dejado de hacer en varias ocasiones, también es cierto que la vida está llena de inesperadas bendiciones aparentemente inmerecidas, de ricas recompensas y magníficas oportunidades…
El argumento que algunos puedan presentar es el de algunos estudiantes irreflexivos de que aquel hombre actuó como un instrumento en el caso de la criatura, por designios de la ley Kármica, y que debería dejársele en libertad, o sin castigo divino o humano, entonces habríamos de admitir que hay crímenes que pueden y deben cometerse ya sean contra Dios o sus criaturas, contra las leyes universales, la vida y la sociedad…
Si todas las experiencias que tenemos fueran resultado directo de nuestros actos previos, esto equivaldría a colocar la vida en una base enteramente mecánica, sin dejar a la intervención de Dios y a la espontánea expresión de Sus derechos y privilegios ningún lugar. Reduciría el plan universal a un sistema de acción y reacción poco inteligente, sin una perspectiva progresista o anticipadas consideraciones, sin un factor evolutivo…
...Pero esto no quiere decir que cada R+C no haga todo lo posible por entender a fondo e interpretar esa ley, difundiendo su comprensión de ella entre aquellos que carecen de ese conocimiento o no tienen el significado correcto…
Deberíamos vivir día a día de manera que la acción Kármica no tuviera que repetir una experiencia similar, preparándonos a hacer frente en el futuro a una contingencia semejante. De este modo nos armonizaremos con la Ley Cósmica Universal al hacer que todas nuestras experiencias, buenas o malas, todas las situaciones, circunstancias e incidentes de la vida, se transformen en bendiciones para nuestro provecho y el de la humanidad en general.
Dr. H. Spencer Lewis
Nota: Por tantos eventos dolorosos y de crisis que está viviendo actualmente el mundo consideré oportuno traer a colación este tema de quien es mi más sublime inspiración el Dr. H.S.Lewis y así dejar un humilde aporte para aclarar que hay circunstancias creadas por otros o eventos naturales que nos afectan y de pronto nada tenemos que ver en ello, es recomendable que en vez de especular en esas tristes situaciones, sea preferible afrontarlas y actuar para remontarlas..., he ahí el gran reto !!
Connie
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Hace 7 años
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